Crítica: El tiempo contigo/Tenki no ko (2019)

12.10.2020

Valoración: 3/5

Tras el éxito de Your Name (Kimi no na wa), Makoto Shinkai ha decidido apostar por un nuevo largometraje que, sin perder su estilo tan característico, nos aporta una nueva trama llena de sentimentalismo y folclore. En El tiempo contigo se nos presenta a Hodaka, un estudiante de secundaria que escapa de su hogar para vivir por sus propios medios en un Tokio continuamente lluvioso. Tras dejar atrás su vida anterior este comienza de cero en la capital japonesa con diferentes dificultades, sin embargo, Hodaka conocerá a Hina, un chica que tiene cierta habilidad para cambiar el tiempo atmosférico y que, al igual que la lluvia, también cambiará la vida de Hodaka y su estancia en Tokio.

Shinkai nos presenta una película bastante sólida a lo largo de sus casi dos horas de duración, podemos ver en esta a un director cómodo y afianzado con las fórmulas que le llevaron a la fama en 2016 por Your Name. No obstante, nadie se debería esperar una copia o una repetición de la trama de su anterior éxito, sino que el director consigue construir una película distinta con una trama interesante aunque con un marcado sello personal en cuanto a estética y guión se refiere. Desde luego, uno de los aspectos fuertes de la animación de la filmografía de Shinkai es el uso de los paisajes y los fondos para potenciar la belleza y el color de la película. En El tiempo contigo, este muestra sus ya conocidas capacidades para poner en marcha una animación bella y cuidada. Los colores se contrastan bien a lo largo de la película, aprovechando el contexto lluvioso de la trama para resaltar los colores todo lo posible en cuanto llega una escena soleada. Sin duda alguna, uno de los puntos principales de esta película es su capacidad estética que, sin duda, no decepciona en su ejecución y estilo personal.

Por otra parte, la película brilla en su guión en cuanto a unos personajes muy diferenciables y con una personalidad propia definida, sin embargo, estos parecen totalmente desconectados de la realidad que viven en muchas ocasiones, tomando acciones cuestionables con consecuencias dudosas desde una perspectiva lógica. No obstante, esto no empaña del todo un guión que sabe llevar de una forma bastante aceptable al espectador a lo largo de la trama. Una construcción narrativa que trata bastante bien el drama puede conseguir sacar alguna que otra lágrima al espectador en sus momentos más álgidos. Esta capacidad sentimental nos lleva a empatizar, aunque no completamente, con los personajes y consigue que sintamos los mismo que estos, aunque la exageración más absoluta y la falta de explicación tome las riendas del guión en ocasiones y deje a los espectadores un poco desorientados.

A lo largo de la película notamos ciertos tintes de un director que quiere entrar en materia crítica, dejando atrás éxitos más puramente melodramáticos como el mencionado Your Name o El jardín de las palabras (Kotonoha no Niwa). Podemos percibir cierto intento de mediar en temas como la pobreza, la explotación sexual, problemas familiares o las situaciones extremas causada por situaciones sociales desfavorecidas; sin embargo, estos son tocados casi de refilón y ,aún con un tímido intento de mostrarnos cierta tesis sobre esto, pasa de forma muy ligera sin dejar una huella clara en el espectado. Esto no puede ser considerado como un elemento negativo, sin embargo nos deja un sabor de boca ligeramente amargo ante la posibilidad de una obra que tenga un fondo más allá del melodrama romántico, mostrándonos así al Shinkai más personal. Así mismo, se siente en ciertas ocasiones que las tramas secundarias no son explotadas lo suficiente ni relatan la situación en toda la profundidad que podría ser necesario. A pesar de esto, el director abandona el tinte crítico de la película hacia el último tercio de la película donde construye una gran escalada dramática muy apoyada en la banda sonora.

En cuanto a la música esta nos acerca bastante a la situación y potencia los sentimientos de desesperación o tristeza de los personajes y, aunque esta no sobra ni se echa de menos en ningún momento, si puede ser un recurso un poco burdo para conseguir la sentimentalidad que el guión no alcanza en solitario. No es extraño recurrir a la música para despertar sentimientos en el espectador, sin embargo, en este caso se usa de tal forma que el sentimiento más dramático solo es conseguido de forma plena con la música, dejando a un espectador a medias tintas cuando esta no suena de fondo potenciando las escenas.

En general, aunque las comparaciones son odiosas, vemos a un Shinkai sólido pero que no supera el éxito de Your Name, quedándose a medio camino entre un estilo nuevo y una fórmula anterior. Desde luego que elementos románticos o el choque entre ciudad y rural, así como el gusto paisajístico son indispensables en la filmografía del japonés, sin embargo, sería bastante agradable verle progresar y entregarse a un gran proyecto en el que se muestre el amor de formas distintas a la idealización adolescente.

En conclusión, podemos decir que El tiempo contigo es una buena película en cuanto a que introduce una historia disfrutable en la que nos vemos atrapados en un mundo deprimido con el amor como única salida hacia la luz. Aunque deficiente en algunos ligeros aspectos ver El tiempo contigo es más que recomendable si disfrutaste de Your Name y de obligado cumplimiento si eres fan de las películas románticas un poco diferentes.


Miguel Alfaya

Gallego afincado en Madrid y amante de su tierra. Fan del cine, los videojuegos y la cultura japonesa desde bien pequeño. Amante de la animación y los VFX aportará en Planos y Pixeles una visión propia de los videojuegos el cine y todo lo que puedas poner en tu pantalla.  

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